Las Decisiones
Estructuradas son las que se toman para resolver problemas y
situaciones que se producen de manera rutinaria, sistemática, por ejemplo: el
sueldo a pagar a un trabajador, cómo proceder ante la devolución de mercancías
por los clientes, los procedimientos para extraer mercancías del almacén. Se
establecen mediante la definición de políticas, procedimientos, sistemas de
trabajo, definición de la autoridad para aprobar documentos, excepciones, entre
otros.
Las Decisiones No
Estructuradas son
las que se toman para resolver problemas que no se presentan constantemente y
que requieren soluciones únicas, como pueden ser: adquisición de una nueva
tecnología, aprobación de un plan de mercadotecnia, asignación de recursos,
cómo mejorar las relaciones con la comunidad. Según los especialistas, este es
el tipo de decisiones que, con mayor frecuencia, tienen que tomar los
dirigentes. Estas situaciones exigen soluciones innovadoras, que no pueden
seguir políticas trazadas. Para este tipo de decisiones se utilizan procesos de
análisis de problemas, grupos de expertos, contratación de estudios especiales,
entre otros.
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